Los pisapraos en el Gargantón, disfrutando del día.
La mañana se presentaba fresquita y por eso nos arropamos bien, aunque siempre va alguna prenda de más, por si acaso, dentro de la mochila.
Iniciamos nuestro caminar en la plataforma de Gredos, y al poco tiempo llegamos al Prao Pozas.
Hay muy poco nieve, pero la poca que ha caído se ha ido deshaciendo provocando que tengamos que sortear algunos pequeños riachuelos.
Paramos un momento en el mirador del Circo y aprovechamos para hacer alguna foto y ver la poca nieve que ha caído en las cimas de los picos.
Continuamos la marcha y nos acercamos a la Laguna Grande.
Abandonamos el camino principal y tomamos la desviación señalizada que nos indica que este camino nos llevaría hasta las Cinco Lagunas.
Una mínima parada para tomar algo de fruta, para ello nos buscamos un buen lugar resguardado del frío y de las rachas de viento que nos azotan.
Iniciamos de nuevo la marcha, y poco a poco vamos dejando atrás el Circo y La Laguna Grande.
De nuevo dejamos el camino principal y tomamos un atajo que nos conducirá hasta lo alto del Gargantón. Aquí empezamos a pisar las primeras nieves que nos encontramos.
Esto empieza a empinarse y a ponerse duro. Nos vamos encontrando con bastantes piedras, unas cubiertas por la nieve y otras bastante mojadas, con lo que nos ralentiza un poco la marcha y hace que tengamos que ir con mucho cuidado para no dar un mal paso y resbalar.
Llegamos a la parte más alta, y echamos un vistazo a la entrada del Gargantón y a los picos que rodean al mismo, entre ellos la Galana.
Iniciamos el descenso por entre enormes bloques de piedra para intentar sortear un poco la nieve dura que se acumula en el camino.
Llegada al Gargantón.
Desistimos de intentar subir todo el camino hasta la base del Ameal de Pablo, y montamos nuestra pequeña base en la orilla de una de las Lagunillas que existen en este bonito circo.
Una pequeña concesión a la galeria, el Presidente de los Pisapraos se retrata junto a una cascada en el Gargantón.
Después de parar un ratito para comer y tomar el café y el "puro", reiniciamos la marcha, haciéndolo por el mismo camino de la ida.
Y esto es lo malo, que después de comer y con el estómago lleno nos toca una subidita.
Poco a poco nos vamos alejando del Gargantón y en el camino, algunas veces hay que echar o poner el culo en las piedras, para intentar no resbalar y poder superar estos pequeños escollos.
El Grupo bajando una pequeña y angosta canal.
Los Pisapraos con el Cervunal ó Cabeza Nevada al fondo.
Poco a poco vamos llegando de nuevo al Circo de Gredos y a partir de aquí...
nos tocará de nuevo una de las cosas que menos nos gusta, subir de nuevo el Camino hacia Barrerones.
Ya estamos arriba y el grupo se junta de nuevo; ya todos vamos pensando en quitarnos las botas y poner rumbo a Hoyos del Espino y darnos un homenaje con unas jarras de cerveza y las típicas raciones de oreja a la plancha y otras exquisiteces.
BUENA MARCHA PISAPRAOS.
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