jueves, 1 de julio de 2010

26 - Junio - 2010 Risco Peluca (2053 m.)

Foto de los Pisapraos en la cima del Risco Peluca.



La idea y realización de esta marcha se la debemos a Juan Carlos, el cual llevaba mucho tiempo queriéndonos llevar al huerto, perdón a su tierra, que conociéramos las montañas que rodean a su pueblo, Mijares.
Al fin pudimos encontrar una fecha que nos viniera bien a todos y la maquinaria de los Pisapraos se puso en marcha, llamadas a los miembros del grupo, cuantos coches teníamos que llevar, donde desayunar, a qué hora sería la salida, donde quedaríamos pues la gente partiríamos de tres sitios distintos, etc...
Una vez solucionados todos los temas, se acordó quedar en Navaluenga a degustar un chocolate con churros (esto es para empezar con buen pie la marcha) y luego quedaríamos con el organizador en el alto del puerto de Mijares con el fin de emprender desde allí la marcha, así que abrimos la puerta y el grupo Pisapraos se pone en camino con el fin de conquistar estas montañas.



El grupo siempre detrás de Juan Carlos, gran conocedor de esta parte de la sierra.
Y nada más empezar, con el estomago todavía digeriendo las porras y los churros, una buena subidita por un camino poco marcado.



Según vamos subiendo se van presentando ante nosotros todas las cimas que deberemos recorrer antes de llegar al nuestro destino. El camino es un continuo rompepiernas con subidas y bajadas.



Dos intrépidos montañeros oteando el paisaje, intentando averiguar que es lo que ven, dubitativos y sorprendidos ante tanta belleza.


De nuevo nos ponemos en marcha y vuelven las subidas, el esfuerzo que hay que hacer va mermando las fuerzas de alguno, pero nadie ceja en el empeño por subir a lo más alto.



Cada uno va tirando al ritmo más conveniente de acuerdo a sus fuerzas.



Ánimo muchachos ya casi estamos arriba, solamente nos queda superar estas piedras y la cima es nuestra.



Continuamos hacia el risco Peluca aunque alguno se queda retrasado viendo el paisaje, pero no importa, ya nos cogerán en la bajada.



Las pedreras se suceden a lo largo del camino, lo cual hace que la marcha a veces sea más lenta con el fin de asegurar bien donde se pisa.



También deberemos de superar muchas zonas de piornal antes de llegar a una de nuestras metas de hoy.



Antes de hacer cumbre en el risco Peluca, bordeamos esté por su parte derecha con el fin de ascender por la zona más cómoda.



Los Pisapraos llegando a la cima del Risco Peluca.
El objetivo principal de esta marcha no era este Pico, sino intentar llegar hasta el Cabezo (al fondo se puede ver su cumbre), pero debido a como se estaba poniendo el tiempo (amenaza de tormenta) y con el consenso de todos, se toma la decisión de dejar el Cabezo para otro día.
Así que tomamos algo de fruta y de bebida y emprendemos de nuevo la marcha, con el fin de llegar al collado y bajar en dirección a Mijares.



Tendremos que superar un gran piornal sin trocha ni nada, así que algunos, que llevamos pantalones cortos, saldremos de aquí con algún arañazo que otro, y es que el organizador de la marcha no nos avisó de esta circunstancia (un punto en su contra).



Los negros presagios se van cumpliendo y los nubarrones nos van cercando, así que cuanto antes iniciemos el descenso mejor.



Llegamos al collado e iniciamos la bajada por un piornal bastante cerrado



para más tarde dar paso a una zona de pradera.



En estos momentos vamos pasando por la parte de atrás de los picos que anteriormente hemos subido.
En esta zona, ya cogemos una senda muy bien marcada aunque algo estropeada por el poco uso que ahora se hace de ella.



Nuestro camino también nos lleva a zonas que han sido pasto de las llamas.



Ya estamos muy cerca de nuestro destino final y de donde hemos dejado un segundo coche. Desde este punto nos adentramos en un pinar que nos va dando un poco de sombra que se agradece, pues el calor aprieta.



Final de la marcha, ahora toca mojarnos un poco y reponer fuerzas.



Un par de miembros del grupo se bajaron al pueblo y graciosamente nos trajeron las bebidas fresquitas, así que al ataque y a comer.

Al final se cumplieron los pronósticos y cayo una buena tormenta, menos mal que nos bajamos a tiempo, ya tendremos tiempo de subir otro día al Cabezo.