lunes, 6 de abril de 2009

04 - Abril - 2009 Las Lagunillas

Después de los preceptivos prolegómenos que cada una de nuestras marchas requiere, aparcamos los coches, en el lugar dispuesto para ello, pasado el pueblo de Navalperal de Tormes.

En un primer momento, cogemos la pista de la izquierda, una vez pasado el puente sobre el río, que conduce tanto a las cinco lagunas, como a la laguna grande y a las lagunillas; pero a los pocos metros la dejamos y cogemos ya el camino que nos conducirá a nuestro destino.

Vamos caminando con paso firme, dejando a nuestra derecha Cabeza Redonda y a nuestra izquierda divisamos la amplia garganta que baja del circo de cinco lagunas, asi como toda la cuerda que lleva a la laguna del novillero.
Una vez pasado por debajo de Cabeza Redonda y dejado atras la fuente y algunos prados verdes, comenzamos a atravesar los Barquillos; el primero de ellos le pasamos por la parte izquierda y los otros por medio, para a continuación llegar al Chozo de los Barquillos, desde el cual se disfruta de una maravillosa vista de todo el circo de cinco lagunas, asi como Del Cervunal, La Galana etc.

Continuamos el camino, ya sin pausas, en dirección a las lagunillas, pasando por un piornal cubierto de nieve que tuvimos que ir sorteando así como intuyendo el camino pues las ramas ocultaban parte del mismo.

Llegados a este punto, empezamos a divisar la laguna más grande de cuantas comprende el circo de las lagunillas, y continuamos la ruta hasta llegar a circo propiamente dicho compuesto por una serie de "charcos" enlazados por unos estrechos canales.

A partir de este momento, bajamos de nuevo a la laguna más grande del complejo, para una vez allí, buscar un lugar resguardado del viento, en donde poder dar cuenta del almuerzo.


Finalizado el almuerzo, iniciamos del camino de vuelta pero esta vez, intentamos dejar a una lado el piornal que anteriormente habiamos atravesado, para de nuevo llegar al Chozo De Los Barquillos y hacer un alto, para tomar algo de líquido, y volver a contemplar el paisaje que se abría ante nuestro ojos.

Volvemos a pasar por los Barquillos, y continuamos nuestra marcha de vuelta ya camino del aparcamiento para coger los coches y dirigirmos hasta Hoyos del Espino, donde volvimos a disfrutar de unas buenas jarras de cervezas para saciar la sed, y de unas raciones para llenar el estomago, antes de regresar a Ávila y dar por finalizada la marcha.