lunes, 18 de mayo de 2009

16 - Mayo - 2009 Laguna de la Nava

Itinerario seguido para la realización de esta marcha

Salimos del pueblo de Nava del Barco y cogemos una pista, en no muy buenas condiciones para los coches, que nos lleva hasta un aparcamiento junto al Puente de la Yunta, punto en el que dejamos los coches y empezamos nuestra ruta a pie, que nos llevará, después de unas tres horas, hasta la laguna de la Nava.

La primera parte de la marcha, la hacemos por una pista forestal que va ascendiendo suavemente, hasta que llegamos a una puerta de hierro, momento en el que abandonamos la misma y comenzamos a caminar por unos prados con abundante vegetación y a veces incluso con mucha abundancia de agua.

En este momento, ya contemplamos las estribaciones del que será nuestro destino, el llamado "Corral del Diablo" y que alberga la Laguna de la Nava, objetivo final de nuestra marcha.

Seguimos caminando durante otro buen rato sobre una alfombra verde, lo cual hace que nuestros pies no sufran mucho y el paseo sea muy agradable a la vista. La marcha por ahora se hace muy distendida y a buen ritmo pero sin pausas con lo cual se van cumpliendo los horarios previstos en un primer momento.

Hacia la mitad del camino, cruzamos la garganta, no sin alguna dificultad debido al caudal de agua que lleva el río, y todos conseguimos superarla y no mojarnos o caernos al mismo.

A partir de este momento, el camino se hace mucho mas abrupto, la hierba y los prados amplios y abiertos, dejan paso a una gartante bastante estrecha, por la cual baja el río formando imnumerables cascadas, y llena de piedras, lo cual dificulta un poco más la marcha. También el camino se hace bastante más empinado y difucultoso, pero debido al buen trazado del mismo se logra superar sin muchas difucultades.

Finalizado este tramo, conseguimos llegar a la laguna de la Nava, la cual se asienta en el fondo de un circo de reducidas dimensiones y en el cual en invierno, la gente suele hacer escalada sobre hielo.

Proseguimos un poco más la ascensión y se plantea la posibilidad de alargar la marcha con dos posibilidades; la primera dar la vuelta al Corral del Diablo y la segunda, intentar ascender por este lado al Pico "El Pelao", pero al final lo único que hacemos es subir un poco para dar vista desde arriba a la laguna de la Nava.

En este punto, decidimos hacernos la foto de grupo, y después de unos momentos de relax, volvemos a descender hasta la zona verde de la presa, que retiene las aguas de la laguna, para dar cuenta del almuerzo.

Como podréis comprobar, estos momentos de asueto, cada uno los disfruta a su manera, y después del café, unos deciden tumbarse un poco al sol y otros nos acercamos hasta unas cascadas que descendían desde lo alto del circo y reflescarnos con su agua.

Iniciamos el descenso por el mismo camino que anteriormente habiamos hecho. Existe otro camino por la otra márgen de la gargante, pero ante el descocimiento del mismo, tomamos el mismo camino de la ida.


Como el calor no nos agobia demasiado, le hacemos el mismo pausadamente, charlando y comentando, disfrutando del día y con la sensación del deber cumplido y con la propuesta y la intención de afrontar otro día nuevos retos por este mismo lugar, siempre y cuando madruguemos un poquito más.

Cuando ya nos queda muy poco para llegar al lugar donde habíamos dejado los coches, el equipo escoba (también llamado consejo de sabios) van deliverando sobre "la iglesia" en la cual haremos la última parada técnica para saciar la sed y reponer unas pocas de las fuerzas gastadas. Después de que cada uno de ellos expresara su opinión e intentase convencer a los otros, parece que logran ponerse de acuerdo y llegar a una decisión salomonica, tomar el pan y el vino en la primera "iglesia" que encontremos, en este caso la de Navatejares, donde degustamos unas muy ricas viandas en la terraza.

martes, 12 de mayo de 2009

09 - Mayo - 2009 Laguna Del Trampal

Iniciamos esta marcha solamente 3 de los "pisapraos", ya que los demás componentes del grupo, por diversos motivos, no pudieron acercarse al punto de reunión.
Salimos de Ávila y tomamos dirección Barco de Ávila, en donde hicimos la parada para degustar un buen café con leche y unos torreznos. A continuación nos dirigimos hacía Solana de Ávila, para desde allí, tomar la desviación que nos llevaría hasta la central eléctrica, en cuyo aparcamiento dejamos nuestro coche.
Para comenzar la marcha, tomamos el camino que sale por la derecha de la Central y tras cruzar el río, cogemos un sendero que transcurre paralelo a una acequia. Tras cruzar un puente sobre la misma, tomamos el camino que nos introducirá en la garganta de las Lagunas.

La primera parte de la marcha discurre sobre un camino en constante subida, pero que no se hace muy dificultoso, puesto que el suelo es de hierba, aunque en muchos de sus tramos se pierde toda referencia, ya que los piornos y otros tipos de vegetaciónes, han invadido el mismo.

Hacia la mitad de la marcha, debemos de cruzar la garganta, que en este epóca de año, y debido a la nieves, baja con bastante agua, aunque superarla no representa ningún problema, ya que en el lugar donde debemos de hacerlo, existe una especie de puente natural debido a la acumulación de grandes bloques de piedra.

Esta segunda parte de la marcha, se hace más dificultosa, debido a que todo el camino discurre por un gran pedregal, formado por una gran cantidad de piedras sueltas de distintos tamaños. Después de unas dos horas y media de ascensión llegamos a un paso, desde el cual ya vamos divisando el circo sobre el cual se asientan las lagunas.

Llegamos a la primera de ellas, que es la única de las tres que posee un muro de contención para retener las aguas, y después de unos momentos de descanso que aprovechamos para conversar con un montañero que nos encontramos, nos disponemos para iniciar la subida a la segunda laguna, que se encuentra en un escalón superior.

De la segunda a la tercera laguna, no existe casi distancia alguna y pasamos unos momentos a verla y disfrutar de las vistas que desde este punto tenemos.

Las tres se encuentra en sus límites máximos de agua, y de todas las veces que he estado aquí, es la primera vez que las he encontrado en este estado.

Después de unos momentos de descanso, iniciamos el camino de vuelta, durante el cual vamos disfrutando de todas las cascadas que el curso del río va formando, debido a la cantidad de agua que trae. Hacemos una pequeña pausa para comer y retomamos el camino de bajada que nos llevará de nuevo a la Central Eléctrica.