Lo primero que hacemos al llegar a Segovia es tomarnos un buen chocolate calentito con churros para después dirigirnos hacia la zona de la Granja en la cual dejaremos aparcados los coches.
E iniciamos la marcha con la mosca detrás de la oreja pues cada vez que hemos ido a Segovia nos ha llovido y para hoy los augurios no son los mejores, pero esperemos que el tiempo nos respete y podamos hacer la excursión sin mojarnos.
Al principio no nos encontramos con nada de nieve y además la vegetación está tan seca como en nuestro Gredos.
Pero al poco de empezar ya nos encontramos con la nieve y varios de nosotros no hemos querido coger las raquetas, ya veremos que tal nos va.
Después de un rato por una trocha, perdemos está debido a que todo esta cubierto por la nieve, y los que llevan las raquetas nos tienen que ir abriendo paso.
Una vez vueltos al redil, comenzamos la verdadera subida hacia la laguna de Pájaros. El paisaje esta muy bonito y todas las ramas de los pinos están cubiertas por la nieve dando lugar a un agradable espectáculo.
Poco a poco vamos llegando a la zona más alta, donde nos están esperando los compañeros que están más fuertes.
Mientras estamos descansando en la Laguna, algunos compañeros nos dejan sus mochilas y se animan a subir unas fuertes pendientes, para hacer prácticas con sus raquetas.
Los demás y sin esperar a algunos, pasamos a la acción y comenzamos a dar buena cuenta de los víveres que llevamos.
Con el estómago lleno, iniciamos el descenso e intentaremos no coger el mismo camino para la bajada.
El frío sigue haciendo acto de presencia, pero lo mejor es que no ha llovido, y seguimos descendiendo con buen ritmo para poder entrar en calor.
Poco a poco dejamos la nieve atrás y entramos en una zona ya libre de ella, así que la gente se quita las raquetas y el caminar se hace más ligero.
La Granja y Segovia a la vista, es hora de llegar al coche e irnos a tomar algo.
Por primera vez no nos ha llovido en una marcha en esta zona.
POR LO TANTO, VOLVEREMOS
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