martes, 17 de marzo de 2009

1ª JORNADA GASTRONÓMICA, RUTA DE LAS CINCO VILLAS

Hacía tiempo que teníamos la intención de organizar una marcha por la Ruta de las Cinco Villas, con el fin de juntarnos todo el grupo y poder disfrutar de un día de caminata y a la vez hacer un alto en algún pueblo de la ruta y saborear un buen cocido. Ese día llegó, y ya con todo preparado, nos pusimos en marcha.
Quedamos como siempre en el puente Adaja y una vez que todos estuvimos en el punto de concentración, nos dirigimos a dar cuenta del obligado desayuno, que esta vez lo realizamos en la Venta Rasca. LLegados allí, nos encontramos con la primera sorpresa agradable, Pablo y Petra nos obsequiaron con unas deliciosas porras, las cuales agradecimos muchísimo.
Finalizado el mismo, cogimos otra vez los coches para dirigirnos al punto de inicio de la marcha (Cuevas Del Valle) para, una vez puestas las botas y pertrechados con las mochilas, encaminarnos hacia La Villa De Mombeltrán.

Como el día se nos presentó soleado y con buena temperatura, y además dispiníamos de bastante tiempo hasta la hora de la comida, la marcha se hizo a ritmo pausado y tomándonos las cosas con tranqulidad.
Una vez llegados a Mombeltrán, tomamos el camino con dirección a Santa Cruz del Valle, disfrutando tanto de las vistas del Barranco, como de las conversaciones que entre todos se iban sucediendo.
Desde Sta Cruz, tomamos rumbo a San Esteban del Valle, no sin antes hacer una parada para tomar algún alimento y saciar la sed (no mucha pues el esfuerzo no fue grande), y también para hacer un poco de tiempo antes de comer.
Cuando llegamos al punto de reunión con los demás compañeros que por diversos motivos nos puedieron hacer la marcha con nosotros, nos dispusimos a tomar un primer aperitivo en un bar de San Esteban, con el fin de juntarnos todos e ir al Restaurante en el cual teníamos ya reservado nuestro Cocido
Acomodados en nuestros asientos, nos dispusimos a dar buena cuenta de una sopa, de la cual muchos repitieron, luego de una buena fuente de garbanzos y verdura, para a continuación seguir con el chorizo, la carne, el morro y otras ricas viandas; todo ello regado con vino de la tierra, gaseosa y agua. Tampoco pudieron faltar los cafés y algún que otro chupito.
Finalizada tan pantagruélica comida, cogimos otra vez los utensilios de la montaña, para dirigir nuestros pasos hacia Villarejo Del Valle y más tarde llegar de nuevo a Cuevas del Valle, donde dimos por finalizada la marcha, no sin antes tomar un refrigerio para reponernos del calor.





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